| Existen
sindicalistas profesionales, preparados y expertos en técnicas de
negociación. Por recordar un ejemplo de brillantez en la defensa de
los trabajadores, los representantes de la plantilla de Paradores
Nacionales han logrado un acuerdo que ha reducido los 644 despidos
que proponía la dirección a 350. En Paradores, tanto la dirección
como los sindicatos entendieron que negociar es ceder. Aquí, las cosas circulan por otro camino. En Telemadrid, Comisiones Obreras presentó en su plan un objetivo de reducción de 350 trabajadores, con lo cual estaba admitiendo que la programación se podía llevar a cabo con un 30 por 100 menos de la plantilla actual, es decir, que hay un importante grado de ineficiencia. Sin embargo, su plan no detallaba cómo iba a efectuarse esa reducción; ni por categorías, ni por departamentos, ni de acuerdo con ningún otro criterio. Sobre todo, al exigir voluntariedad y no admitir despidos, la propuesta era una mera teoría que no proporcionaba seguridad alguna a la hora de alcanzar el objetivo propuesto. Semejante planteamiento, por tanto, era un puro disparate. UGT fue más allá y llegó a ofrecer una reducción de 400 trabajadores, equivalente a aproximadamente el 35 por 100 de la plantilla, con lo que estaba reconociendo una bolsa de ineficiencia mayor aún que la aceptada por Comisiones. Pero su problema era el mismo: no precisaba cómo iba a prescindir de esos 400 empleados, para llegar a la plantilla-objetivo que Carlos Ponce estableció en 756. Al no poder garantizarse esa reducción, la estrategia en realidad no valía nada. Al mismo tiempo, lo que también era válido para CC.OO., el coste de la desvinculación doblaba la cantidad prevista en los Presupuestos. Los números no salían ni a martillazos. CGT propuso, en principio con la aceptación de los otros sindicatos, una reducción salarial absolutamente no funcional para todos del 5 por 100, con lo cual no se ganaba mucho, puesto que pasaba de 58 millones de euros (masa salarial de 2012) a 55. A continuación reclamaba la supresión o reducción de complementos. En este capítulo entraba en el disparate, puesto que carece del menor sentido suprimir los complementos por desempeñar funciones de responsabilidad. Lo mismo ocurría con la propuesta de reducir al 50 por 100 complementos como el de nocturnidad, con lo cual se castigaba más a los trabajadores que cumplen los horarios más penosos. El conjunto de ahorros propuesto, con todo, no conseguía bajar la masa salarial de los 50 millones de euros, por lo que resultaba inútil. Eso sí, la propuesta situaba a los sindicatos de RTVM como los campeones de los recortes, después de haberlos criticado durante los últimos años. Conclusión: Durante las negociaciones se enfrentaron dos modelos: el actual, que se ha revelado inviable, y la propuesta de la dirección, consistente en externalizar la mayor parte de la actividad. Los sindicatos CC.OO. y UGT reconocieron, como se ha dicho, un importante exceso de personal, pero se negaron a asumir la consecuencia, es decir, la reducción forzosa del número de trabajadores, recurriendo en caso necesario a despidos. No aceptaban ni uno solo. Sus planes alternativos eran, de manera acusada, inviables. La dirección intentó reducir el impacto, superando incluso el marco presupuestario inicial, pero todas las ofertas fueron rechazadas. Los sindicatos, en consecuencia, han preferido que las desvinculaciones se produzcan en peores condiciones que las ofrecidas, con la única alternativa de obtener una sentencia judicial favorable. No es imposible, claro está, pero tampoco es segura. |
| *** Muchos se van, muy pocos se quedan. Gracias por confiar en un desconocido: espero haberos merecido. Ya no queda vela que aguantar. Hasta siempre. Juan López López. *** |
